jueves, 13 de junio de 2013

Editorial USAID


REDACCIÓN II
PRÁCTICA N° 7
Ludmila G. Medrano Viscarra

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), cierra sus proyectos en Bolivia debido a su reciente expulsión del país tras ser acusada de conspiración contra el Gobierno. Los programas de salud y otros financiamientos son abandonados para que un Tesoro General de la República con déficit fiscal los asuma. Mientras tanto, Estados Unidos (EEUU) declara tensas las relaciones bilaterales y un nuevo recorte en el apoyo contra el narcotráfico.

USAID trabaja en Bolivia desde 1964 implementando programas de cooperación en todos los departamentos. Esta cooperación es principalmente en el área de salud en poblaciones indígenas, oportunidades económicas mediante producción agrícola y un programa de Desarrollo Sostenible y medio ambiente.

La decisión de expulsar a Usaid de Bolivia afectará a comunidades indígenas del oriente boliviano tales como los ayoreos y a sectores de escasos recursos. Los programas de Prosalud, Apcob y CIES tendrán que buscar otros fondos. Usaid, invirtió en el país 2.000 millones de dólares y sólo para Prosalud tenía destinado quince millones para los siguientes cinco años. Sin embargo, el Gobierno pretende invertir sólo 20 millones para todos los programas que quedan con destino incierto sin tomar a aun en cuenta que muchos programas son a fondo perdido.

Expulsar a Usaid fue una muestra política del presidente Evo Morales para poner de manifiesto el grave deterioro en las relaciones de su gobierno con el de Estados Unidos. Es evidente que no se consideró que entre 2005 y 2006, su aporte era mayor a los 90 millones de dólares y antes de salir no llegaba a los 30 millones. Esa reducción coincidió con actitudes inamistosas con ese gobierno. A pesar de esa notoria disminución de los últimos años, la ausencia definitiva de Usaid se sentirá en sectores a los que el gobierno naciónal no ha tenido capacidad de atender.

El gobierno boliviano tampoco cumplió con el acuerdo marco que suscribió hace dos años con la secretaría de Asuntos Globales del Departamento de Estado, con el fin de redefinir las áreas de cooperación entre ambos países. Aquel acuerdo, estaba centrado en el respeto a la soberanía, la independencia y la no injerencia en asuntos internos. El Gobierno boliviano lo dejó de lado y una vez más actuó en su propio beneficio político para fortalecer su imagen preelectoral.

Sobre la conspiración de la que se acusó a Usaid, aún no se han presentado pruebas que lo sustenten y si bien se ha conocido que entidades norteamericanas han usado su apoyo para inmiscuirse en asuntos nacionales es preciso que no se olvide actuar dentro del marco de pruebas concretas y juicios con debido proceso, dejando de lado intereses partidarios que sólo benefician a quienes intentan sostener una falsa ideología. Es más recomendable que el Gobierno cumpla con su deber de controlar a todas las entidades internacionales.

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