La
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), cierra
sus proyectos en Bolivia debido a su expulsión del país tras ser acusada de
conspiración contra el Gobierno. El problema es que los programas de salud y
otros financiamientos fueron abandonados para que el Tesoro General de la
República, con déficit fiscal creciente, los asuma. Mientras tanto, Estados
Unidos (EEUU) declara que las relaciones bilaterales con Bolivia están alejadas y podemos esperar un nuevo
recorte en el apoyo contra el narcotráfico.
USAID
trabajó en Bolivia desde 1964 implementando programas de cooperación en todos
los departamentos. Esta cooperación fue principalmente en el área de salud en
poblaciones indígenas, oportunidades económicas mediante producción agrícola y
un programa de Desarrollo Sostenible y medio ambiente.
La
decisión de expulsar a Usaid de Bolivia afectará a comunidades indígenas del
oriente boliviano tales como los ayoreos y a sectores de escasos recursos. Los
programas de Prosalud, Apcob y CIES tendrán que buscar otros fondos ya que Usaid,
invirtió en el país 2.000 millones de dólares y sólo para Prosalud tenía
destinado quince millones para los siguientes cinco años. Sin embargo, el
Gobierno pretende invertir sólo 20 millones para todos los programas que quedan
con destino incierto sin tomar a en cuenta que muchos programas son a fondo
perdido.
Expulsar
a Usaid fue una muestra política del presidente Evo Morales para poner de
manifiesto el grave deterioro en las relaciones de su gobierno con el de
Estados Unidos. Es evidente que no se consideró que entre 2005 y 2006, su
aporte era mayor a los 90 millones de dólares y antes de salir no llegaba a los
30 millones. Esa reducción coincidió con actitudes inamistosas con ese
gobierno. A pesar de esa notoria disminución de los últimos años, la ausencia
definitiva de Usaid se sentirá en sectores a los que el gobierno nacional no ha
tenido capacidad de atender.
El
gobierno boliviano tampoco cumplió con el acuerdo marco que suscribió hace dos
años con la secretaría de Asuntos Globales del Departamento de Estado, con el
fin de redefinir las áreas de cooperación entre ambos países. Aquel acuerdo,
estaba centrado en el respeto a la soberanía, la independencia y la no
injerencia en asuntos internos. El Gobierno boliviano lo dejó de lado y una vez
más actuó en su propio beneficio político para fortalecer su imagen
preelectoral.
Sobre
la conspiración de la que se acusó a Usaid, aún no se han presentado pruebas
que la sustenten y si bien se ha conocido que entidades norteamericanas han
usado su apoyo para inmiscuirse en asuntos nacionales es preciso que no se
olvide actuar dentro del marco de pruebas concretas y juicios con debido
proceso, dejando de lado intereses partidarios que sólo benefician a quienes
intentan sostener una falsa ideología. Es más recomendable que el Gobierno
cumpla con su deber de controlar a todas las entidades internacionales.
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