jueves, 18 de abril de 2013


PRÁCTICA N° 3
REDACCIÓN  II

Ludmila Giovanna Medrano Viscarra

INVESTIGACIÓN Y REDACCIÓN

Cualquier y cada momento es bueno para recabar datos en el proceso de hacer una investigación, incluso los momentos cotidianos pueden enriquecer el trabajo.
Sin embargo, la investigación es algo mucho más controlable que el sólo devenir de la realidad. Por ello, es necesario buscar nuevos materiales informativos o recientes giros de una situación de la que ha pasado la novedad. No se debe perder de vista, que esos nuevos giros no se muestran de forma nítida sino, por el contrario, se presentan en forma fraccionada, imprecisa y mezclada con otros problemas.
Los mejores editoriales cuentan con un marco de referencia, es decir señalan qué fenómenos previos condujeron al hecho en sí. De igual forma, muestra las posibles consecuencias que pueden esperarse.
Cuando existe un hecho, en el cual se puede calificar de bueno o malo o se necesita más que un poco de inspiración y de impulso, pero en general los acontecimientos encierran problemas y tramas muy complejas.
Para la investigación es importante basarse en documentos y no de comentarios aunque sea de periodistas respetables. “Sólo si uno dispone de los originales puede estar seguro del contexto, de los matices y del juego que existe entre lo que se manifiesta y lo que está entre líneas”[1]
Es bueno, no perder de vista la información que existe entre líneas ya que de allí se pueden sacar ideas o hechos específicos. La investigación previa es imprescindible aunque, no es necesario una gran cantidad de material sino el suficiente como para guiar el camino. Para mejorar el trabajo, será conveniente también tener una muy personal forma de archivo, de modo que el investigador tenga a mano la in formación que pueda necesitar de forma ordenada. La otra fuente, muy importante es la gente, por lo que uno no debe olvidar acercarse a lo que ella opina al respecto de algún problema y ser consecuente en la asistencia a conferencias de prensa, audiencias u otros similares.
El editorialista debe profundizar sus fuentes de información con una visión independiente de los hechos. Los reporteros y jefes de redacción son excelentes fuentes de información ya que recogen datos de muchas fuentes con lo que logran una interrelación de los hechos. El juicio debe formarse a partir de varias fuentes informativas y no de una sola, a ella debe incorporarse el análisis y la deducción.
El periodista no debe olvidar que su deber es para con el lector y no consigo mismo. Algo que debe preocuparnos es la parcialidad de las fuentes, pues pueden tener intereses, ambiciones o simple debilidad humana. Por lo tanto, se debe rastrear diferentes opiniones, investigar y recopilar hasta conseguir una visión global del tema.
“El principal obstáculo de un editorialista es la necesidad de disponer de una mentalidad lo suficientemente amplia y humanitaria como para comprender su sociedad y el mundo”. El peligro consiste en creer o hacer creer que podemos dominar todos los temas como expertos. Se deben comprender y definir los mejores valores de nuestra sociedad y transmitirlos, pero  no siempre en cada editorial ni usando el sermón. Esto sólo puede conseguirse con la experiencia, con la crítica y la autocrítica. Cada persona tiene su propia forma de hacer un editorial.
Para hacer editoriales, no existen reglas estrictas. Por el contrario se encuentra uno con su propia metodología, sin embargo son útiles  las siguientes recomendaciones:
-          Seleccionar los temas fundamentales de forma rápida
-          Es útil un resumen noticioso o una síntesis de hechos
-          No debe ser una nota informativa
-          Debe llevar al análisis, la polémica o la toma de una posición
-          Se puede señalar el margen de opciones o dudas
-          Debe enmarcar los hechos, esclarecer los contenidos y definir las áreas de incumbencia

DESDE EL PUNTO DE VISTA TÉCNICO:
-          Deben aplicarse reglas comunes de la buena redacción
-          Debe tener una introducción, un cuerpo y un final
-          El lenguaje debe ser claro, fresco y vigoroso
-          Deben discutirse y no sólo enunciarse los problemas
-          No se debe emplear la retórica
-          Se debe estar claro a quiénes va dirigido el editorial
-          No caer en el sermoneo
-          No terminarlos con expresiones de esperanza o similares (indica poca reflexión)
-          Se debe evitar largas cronologías en el cuerpo (puede indicar desconocimiento del tema)
-          Evitar afirmaciones confusas o mal enfocadas
-          Tampoco debe contener lenguaje bonito y vistoso
-          Es bueno usar metáforas o citas acertadas
-          Es fundamental una dirección acertada
-          Es bueno aceptar las correcciones al menos cuando se trate de imprecisiones o algún aspecto equívoco
-          Leer editoriales ayuda a escribirlos por la comparación entre errores y aciertos





[1] La página editorial, Stephen Rosenfeld:47

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